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Pero... ¿existe el entintador?

Pero... ¿existe el entintador?

 *Uno de los cómics que entinté para Fernando Vicente, con guión de F. Jiménez

Susana me envía la transcripición del Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados sobre el debate de una proposición no de ley presentada por la diputada socialista Carme Chacón. Leo que solicita que el Ministerio de Cultura conceda un Premio para el cómic en España. Me ha llamado la atención que el diputado popular que le responde, cuando propone que se haga distinción a la hora de conceder un premio de cómic entre los que participan en la elaboración del còmic, se haya olvidado de una de las funciones que a mí más me gustan: según él no existe el entintador de cómic, ¡con lo bien que yo me lo paso entintando y lo que se aprende!


Dice el diputado popular:
 

"Ojo que en la definición del concepto de
cómic tendremos que hablar del dibujante, del rotulista,
del guionista, del colorista y de los ilustradores. El concepto
de cómic es poliédrico, no nos decantemos por
otros ámbitos de poliedro; el poliedro más importante es
el de los profesionales"


Pues como saliera su sugerencia yo ya no podía presentar algunos trabajos... De vez en cuando procuro hacer paréntesis entre los encargos para entintar trabajos de otros dibujantes. Es una tarea que me permite ceñirme a unas líneas de lápiz a las que hay que dar volumen y sombras, a las que hay que convertir en venas y arterias. Utilizo plumillas y pinceles (no los grafos) y hago que la tinta se deslice por el papel tratando de conducirla, tratando de moldearla para lograr líneas gruesas, curvas suaves, ángulos violentos, punteados leves, trazos bruscos... me mancho los dedos, raspo con cutter los salpicones, las uñas no se pueden limpiar del todo, y la tinta huele tan bien... Mientras gozo haciendo esto, aprendo casi sin darme cuenta del dibujante que me ha pasado sus lápices. Porque antes hay que estudiar el dibujo original, comprobar los ejes, las sombras, la orientación de sus trazos... con el fin de lograr que el resultado sea un dibujo del dibujante, no mío, conseguir que el entintador pase desapercibido por lo natural que queda su trabajo. Claro, quizá por eso el diputado popular se olvidó de hablar de los entintadores. También es cierto que esta figura está desapareciendo, hoy el dibujante coge los grafos y entinta él mismo sus lápices, tal vez con prisa para poder escanear y colorear con el ordenador.

 ¿Y habla también de ilustradores? Supongo que se refiere a portadistas, porque si no, no tiene muy claro lo del cómic, me temo. Salvados estos peros, en definitiva, me lo he pasado muy bien leyendo un Diario de Sesiones, cosa que nunca habría imaginado. Espero que cunda el ejemplo entre sus señorías (¡ánimo José Antonio Labordeta!) y pueda leer pronto deliciosos debates sobre poesía, sobre cortometrajes, sobre fanzines, sobre animación, ...

La transcripción completa del debate se puede leer por ejemplo en tebeosblog, aquí

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