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Leyendas

Nuei de San Chuan

Nuei de San Chuan

¿Que sucesos mágicos ocuerren en la Nuei de San Chuan en Aragón? ¿Como se hace la Sanchuanada?

Las encantarias salen a peinarse en los barrancos con sus peines de oro.

Las fadas de los ibones salen a la superficie a danzar a la luz de la luna y al amanecer. La más conocida es la Mora de Plan (Basa de la Mora). Sólo pueden verla las personas de buen corazón, y hay que lavarse al amanecer la cara y las manos con el agua del ibón.

La terrible Giganta Bruxa de Riglos asoma su inmensa figura por encima de los Mallos para mojar el lino en el agua del río Galligo.

Las fadas Lavanderas mojan sus sábanas blancas en el aiguazón (rocío) y se revuelcan desnudas por encima de la hierba.

Se celebran los rituales del Caxico Sagrado, pasando a los niños a través de las hendiduras de las ramas de un caxico o roble joven para que sanen si estan herniados. En algunos lugares como en Rasal, después del paso de los niños, los meten en el río.

Las fadas bailan en los prados dejando en la hierba Círculos o Redoles de Bruxa.

Los diaples y duendes malos cabalgan sobre las libélulas, a las que creo que también se las llama "caballicos del diaple".

Florece la flor d'aigua (en realidad es la propia agua que se ha dejado al sereno con flores dentro). Se hacen enramadas (se puede utilizar liedra o hiedra para ello) y se cuelgan en las ventanas y en los balcones. Se recogen ramos de flores silvestres: hierbabuena, rosas, margaritas, sabuco, malvas... Después se ponen a secar y sus propiedades mágicas se liberan al quemar sus pétalos en el fuego del hogar a lo largo del año. Se recogen siete hojas de laurel bendecidas al fuego para ponerlas debajo del colchón. Se recogen plantas medicinales y plantas mágicas: cardincha (carlina acaulis) o cardo santo (que luego se pondrá clavado en las puertas), romero, ruda, manzanilla, menta, flor de san juan (hipérico), mejorana, espliego... Otras muchas plantas sanchuaneras florecen por estos días: tomateras, pepino, crabaza, patata...

Con un poco de suerte, algunos encontrarán flores de feleguera (helecho) y de figuera (higuera), que sólo florecen esta noche durante un momento.

Para sanjuanarse bien, hay que beber agua de siete fuentes distintas sin cruzar ni ríos ni barrancos para ello. Pero también basta con bañarse completamente en un curso de agua, o incluso lavarse la cara y la cabeza con el agua que ha estado al sereno dentro de un barreño toda la noche recibiendo la luz de la luna.

Se encienden hogueras en las montañas o enfrente de las puertas de las casas. Se rodean bailando enlazados tres veces, o se saltan tres veces. Se baja de las montañas con teas encendidas.

Todos los rituales mágicos hay que realizarlos justo en el momento de la salida del sol. En el cielo se podrá ver la Rueda de Santa Catalina que lleva girando el sol.

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La ilustración es mía, publicada en el Breve Inventario de Seres Mitológicos, Fantásticos y Misteriosos de Aragón.

El uno de noviembre se abre la puerta...

El uno de noviembre se abre la puerta...

...la puerta del Inframundo. Eso dicen, y lo dicen desde hace muchísimos años, por algo será. La fiesta de Samhain, o Tozosantos en aragonés, cuando los ojos del gato son ascuas que compiten en la noche con las mismas estrellas, cuando ni las bruxas osan levantar la voz para no molestar a los señores del otro lado, cuando as Almetas regresan a los hogares para decir aquello que no pudieron decir cuando la muerte les sajó la garganta, cuando as Lumbreretas caminan por la ribera de todos los ríos en busca de viajeros perdidos, cuando la oscuridad va llenando sin remedio el vaso cimbreante del candil...

SAMHAIN VS. TOZ OS SANTOS*

En el mundo celta, en el que la religión formaba parte de las costumbres diarias, los días se contaban por noches y lunas, y el año se dividía en cuatro períodos o estaciones, separados por otras tantas noches especiales, llenas de magia y poder místico. Una de esas noches era la de Samhain, el uno de noviembre.

Los pueblos galos -así llamados los celtas por César en sus escritos- celebraban esa noche el paso de una época del ciclo vital a otra, la vida crecía a partir de entonces de manera interna: todo en la naturaleza parecía detenerse. Era el momento en el que los espíritus muertos regresaban para despedirse de sus familiares, anunciando el comienzo del invierno. El dios de la muerte así lo permitía. En todas las aldeas se encendían hogueras para señalar el camino de vuelta y para protegerse, y se depositaban ofrendas, tanto para los dioses como para los difuntos. Se alababa a Dagda, dios de la vida y la muerte, y a Morrigu, reina de fantasmas y demonios.

Los ejércitos del Imperio romano, fueron asentándose en las tierras conquistadas, y fueron adoptando las mismas costumbres. Por si eso fuera poco, decidieron honrar a una de sus diosas haciendo coincidir la fiesta con la del Samhain. Pomona era la diosa de los frutales, y en su honor celebraron la Fiesta de la Cosecha el treinta y uno de octubre, aunque ya los celtas celebraban una fiesta menor de la cosecha en el equinoccio de otoño, el 21 de septiembre.

La religión cristiana que se extendió posteriormente por esos mismos territorios adoptó las celebraciones previas, dándoles una especie de "visto bueno" al convertirlas en las conmemoraciones de "Todos los Santos" y "Todos los fieles difuntos", el 1 y el 2 de noviembre respectivamente.

La denominación "Halloween" se deriva de las palabras inglesas "Todos los santos", y su popularidad en norteamérica se remonta a las emigraciones irlandesas. Curiosamente, ahora es el poder mediático de los Estados Unidos el que está consiguiendo reintroducir la celebración en el territorio europeo donde se originó.

En los pueblos de España con mayor influencia de las penetraciones celtas, permanecieron diversos aspectos del Samhain, como la presencia del fuego. Y, por supuesto, el culto a los muertos tan arraigado en toda la península. En algunos lugares, como en el Pirineo aragonés, la celebración de "Toz os santos" todavía se mantuvo rodeada de antiguas creencias y ritos, y el trato con las "Almetas" o espíritus difuntos era algo habitual en la vida de las aldeas más aisladas. Para ellas, se depositaba un plato de alubias la noche del uno de noviembre. A la mañana siguiente, cuentan los viejos, aparecían sobre la mesa, separadas, tantas judías como misas necesitaban las "Almetas" para lograr su descanso eterno.

*El texto es mío, lo publiqué hace tiempo en la revista E.L.F.O.S. La ilustración la he sacado de mi cuaderno de bocetos, una acuarela, un retrato del Buco, el señor de las Lannas del Boch.

Cuento de bruxas (publicado el 30 de agosto de 2005)

Cuento de bruxas (publicado el 30 de agosto de 2005)

Este es mi cuento, y encima mi dibujo. Ya se publicó hace tiempo, y lo colgué en Aragonesasí, ahora Aragonería, dentro de Lo Casal del Ibón (la Casa del Lago), aquellas viejas páginas que con la ilusión del que está descubriendo una nueva forma de comunicación, hice a base de bloc de textos y noches en vela, corría el año 1995...

El proceso de las Brujas
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-Voy a relatarles lo que yo oí, y como lo oí, escribir debí como Escribidor que soy, y fuí, al servicio de la Santa y Suprema Inquisición. Han de prometerme Vuesas Mercedes, por Cristo Nuestro Señor, que cuantas palabras escuchen, olvidaránlas presto, y que jamás de los jamases dirán a naide que me han conocido ni oído, pues va mi parca vida en ello.
Aún sus nombres resuenan en mi memoria: Juana y Margálida. Si apurado soy, capaz sería de recordar hasta sus apellidos de familia, que si fueran Bardaxí y Escuder, no andaría mi cabeza descaminada. Las Bruxas de Tamarit, decían las gentes de Zaragoza, que vienen al Santo Oficio para ser condenadas a la hoguera de la Aljafería. Recordar no puedo, sin embargo, si fueron o no al fuego dadas, más seguro sí estoy de que malvivieron larga condena. A las mientes me vienen presto su fechorías confesas, y bruxas eran, voto a tal, que conocí sus andanzas. Siete decenas de annos arrastraban las pobres diablas cuando llegaron ante el Santo Tribunal. Más por Cristo que jamás en mi vida a contemplar he vuelto tan vivos ojos en medio de tan muerta carne. Recuerdo que en confesando aberraciones tales, mirábame la Bruxa Bardaxí, y helábase el tuétano de mi cuerpo, doquiera que eso esté.

Poder tenían las tales, que hasta desataron de los cielos la más terrible tormenta de todos los tiempos: cayeron, no piedras, que rocas eran las que bajaban a peso de la negra techumbre en que habíase convertido el firmamento. Mataron caballerías, anegaron zequias, derrumbaron parideras chafando lo que abajo había, desviaron ríos y hasta caminos, más ay, tan sólo fueran aquestas desgracias las que trujeron las piedras. Peor suerte corrieron los campos recién sembrados de cereal de invierno, futura despensa de tantos, quienes desde aqueste aciago día, marchar tuvieron, cual vagamundos, porque en perdiendo campos y cosechas, como desfacerse los dineros cual arena entre los dedos era.

A tal llegaron los malignos poderes de las Bruxas, y allí mesmo contaron cuáles fueron sus oscuros rituales. Una noche, dixeron, acudieron junto con otras bruxas en conventículo, a las viñas cercanas al pueblo, y allí se encontraron con el mismísimo Senyor del Averno, montado en un gigantesco caballo negro, sombra entre la noche. Encendieron teas refulgentes con cárdenas llamas, cargadas de azufre, y en medio del contaminado humo, con cánticos aberrantes y obscenos, ya todas fuera de sí, besando fueron la mano a su Senyor. Encaprichose el Rey de las Tinieblas de Margálida, y como ella misma confesó, tuvo parte con ella por detrás. Juana la Bruxa recordaba también que a ella le arremangó las faldas, y que entre sus piernas sintió algo frío, y que se vió aporreada por su Senyor. Y que después de tamañas orgías, vino la verdadera y temible invocación.

Una noche y un día, y hasta la siguiente noche duraron cánticos y danzas demoníacas entre las retorcidas cepas sarmentosas. Convertidas ya las brujas en poderes encarnados de la naturaleza desatada, orinaron todas en el pisoteado suelo, arañaron con sus dedos los terrones, y con los ojos en blanco dirigidos al cielo del que renegaban, lanzaron contra él excremento y barro, y el cielo se cubrió de nubes negras, y los truenos removieron a los muertos de sus tumbas, y apedreó con inmisericorde furia.

Fueron aquestas bruxas acusadas de matar caballerías y vengarse de personas, no parando ni en sus mismos parientes, y procurando incluso la muerte de un inocente niño por medio de unturas sobre su blanco pecho. Al menos, dixeron así las bruxas ante testigos, dixendo como habían renegado del Criador de corazón y apartándose dando al Demonio la obediencia y hecho en su servicio cuanto de mi memoria he estrujado para conversar con vos, quien habéisme dado palabra de olvidar las mías en concluyendo, que sea en aquesta hora y lugar.

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Hasta aquí el cuentecillo. Está basado en declaraciones y documentos reales de la Inquisición, gracias a Angel Gari que los facilitó. Por cierto, que hablé hace poco con él y me contó que le sigue la pista a un bruxón que fué ahorcado sin mediar procedimiento judicial o inquisitorial. También debería corregir del cuento lo de la hoguera, puesto que me aseguró que no se conoce que la Inquisición en Aragón quemara a nadie acusado de brujería, las penas solían ser azotes, tormentos, ahorcamientos, galeras...

Escribió Marichu en el blog un comentario en el que me preguntaba si la palabra bruxa era o no aragonesa. En efecto, la utilizo en mi diccionario de Seres Mitológicos, Fantásticos y Misteriosos como entrada principal, pero explico que se utilizan otras como bruixa o broixa, pronunciándose la x como "sh" más o menos. Para decidirlo seguí los consejos de Chusé Aragüés y de Chesús Casaús, de Prames. Yo no soy filólogo pero sí me he dado cuenta de que hay muchas coincidencias con el vocabulario gallego e incluso portugués, por algo Aragón fue hace tiempo una de las Galicias, y tiene un río llamado Gallicum. Pero no me voy a meter en camisa de once varas. Recomiendo la lectura de la historia de Javier Mendivil, sobre todo la página donde explica que en las antiguas crónicas se dice que el apóstol Santiago se le apareció a Carlomagno y le dijo que viajara camino de las estrellas hasta Galicia, un lugar de peregrinación, y luego Carlomagno fue a Zaragoza, no a Santiago.