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Quemar dibujos como naves varadas

Quemar dibujos como naves varadas A veces, los dibujos que vamos haciendo se te quedan pegados al alma. Como telarañas enganchadas al antebrazo al abrir la puerta carcomida de la bodega. De vez en cuando hay que sacudirse de encima los dibujos viejos. Lo he hecho tantas veces, que por cada dibujo que guardo habré tirado diez, veinte o treinta más. Más de una vez los he quemado. Un día hice una gran hoguera en una paridera de pastor. Estuve quemando hojas durante horas, mientras llovía afuera. Había subido la mochila llena de papeles y de cartones, e incluso un lienzo enrollado y una tabla. Lloré mucho, por el humo de la leña mojada. Creí que me sentiría después del fuego purificador como un ave fénix. Pero no. Más bien fue al revés. Conforme se ennegrecían y arrugaban las hojas me encontraba más triste. No por los dibujos; en general, eran una mierda. Lo que se me iba metiendo dentro era melancolía, ese veneno líquido que resbala por las venas del alma lento y frío. Me estaba arrancando la vida que se había quedado apelmazada entre los dibujos. Salí de la paridera como un zombi de la tierra, dejándome tiras de piel y carne pútrida enganchadas en las zarzas del cementerio. Después que ocurre esto, hay que esperar a que se regeneren los tejidos, hasta que uno esté en condiciones de dibujar otra vez. Porque con los tendones al aire no hay quien agarre un lapicero, y no te digo ya un pincel.
Hoy es diez del diez. Ya va siendo hora de que tire una decena de dibujos que llevo enredados. Es que ahora, con lo digital, no hay manera de prender fuego a los dibujos viejos. Así que los colgaré del blog y luego los borraré de la memoria. Empezaré con éste:

5 comentarios

Chema -

Pues como piense en los gatos, ¡si son ellos los primeros que juegan (=arañan, zarpean, arrugan, etc.) con los dibujos! La última que ha llegado a casa, la pequeña Ara, ¡se come el papel! O sea, que ahora si quiero deshacerme de dibujos no tengo más que dárselo a ellos, son pequeñas trituradoras com pelo y uñas. Gracias por tus visitas, M.M.

M.M -

Ayyyy, cómo se te ocurre tal locura, con el talento que tienes!!! imagina que te haces famosos famosísimo y cualquier dibujo que calificas de "mierda" se cotiza a lo grande!!!. Piensa en la herencia de tus gatitos...

Fernando -

Lo mejor es que vuelvas, que estés aquí dejando salir de tu mano tus hermosos dibujos y que los compartas con nosotros colocándolos en el blog...

Chema -

La mayor parte de los dibujos los hago en papel, por lo menos los bocetos, aunque luego sean dibujos digitales. La tableta gráfica no incluye el sonido del raspar del grafito, los salpicones de agua de la acuarela o el olor del óleo, sin el concurso de los cuales el dibujo sale diferente. Pero, Fernando, prueba a borrar de la memoria del ordenador algo que tengas guardado, cuando te aparece la maldita pregunta de ¿está seguro de que desea trasaladar a la papelera tal archivo? te entra un cosquilleo en el dedo de la tecla... cuesta más darle el ok que romper un papel, me parece. Así vamos llenando gigas y gigas... Además borrar archivos digitales te evita el olor a humo, que, por cierto, a mí me gusta, supongo que por asociarlo a buenos momentos de vagabundeos libres... por eso no quiero sustituir la chaminera de toda la vida por una chimenea de estas de ahora que van en cápsula, como si fueran fuegos de hornos crematorios. Un abrazo y gracias por encontrarte a la vuelta.

Fernando -

La purificación y regeneración mental cada uno la hace como puede, yo no soy de destruir nada pero si que me gustaría tener todo en papel y no en el ordenador... debe ser que soy un antiguo, como los abuelos que van a primero de mes a que les enseñen en el banco el dinero de la pensión y una vez visto se van para casa, conformes y tranquilos. El fuego dentro de una cabaña o paridera lo único que te deja es un olor a “gitano” que se te mete hasta el tuétano...me alegro de que vayas “volviendo”...un abrazo